Cómo pueden las escuelas detener ocho tipos de ciberacoso
La dinámica social puede ser difícil de manejar a cualquier edad, pero especialmente para los estudiantes, quienes deben pasar tiempo juntos a diario, independientemente de si se llevan bien o no. Cuando un estudiante sufre ciberacoso por parte de otro estudiante o un grupo de estudiantes, puede sentir que no hay escapatoria.
El ciberacoso puede ser generalizado y destructivo. Alrededor del 20% de los estudiantes de entre 12 y 18 años sufren acoso en todo el país , y el 60% de los niños y jóvenes han presenciado acoso en las redes sociales. Si bien los estudiantes que sufren ciberacoso a veces toman cartas en el asunto bloqueando al acosador (60%) o contándoselo a sus padres (50%) , la experiencia puede tener graves consecuencias emocionales, ya que el 68% de las víctimas experimentan problemas de salud mental.
Como una de las principales fuentes de conectividad digital para los estudiantes, las escuelas pueden desempeñar un papel fundamental en la identificación, la detención, la mitigación y la prevención del ciberacoso. El primer paso es comprender qué buscar.
OCHO FORMAS COMUNES DE CIBERACOSO
1. Acoso
El acoso digital es cualquier comportamiento amenazante y repetido hacia alguien en línea. Cuando un estudiante es blanco reiterado del mismo acosador o grupo de acosadores cibernéticos, puede resultar especialmente doloroso, alienante e incluso aterrador, según la naturaleza de la amenaza.
2. Doxing
El doxing consiste en revelar información personal o sensible de otro estudiante con el fin de causarle daño. Los rumores siempre han sido una forma destructiva de acoso, pero el doxing los lleva a un nuevo nivel debido a la amplia e inmediata difusión de la información digital.
3. Enmascaramiento
La suplantación de identidad es una forma de acoso que surgió en la era digital. Consiste en hacerse pasar por otro estudiante o crear un perfil falso para perjudicar a alguien. Por ejemplo, un estudiante puede crear un perfil falso en redes sociales con el nombre y la foto de otro estudiante y usarlo para publicar comentarios o información vergonzosa.
4. Fraping
El fraping es similar al suplantación de identidad, pero implica que un estudiante utilice las cuentas reales de redes sociales de otro estudiante para publicar fotos, comentarios u otro contenido dañino. Esto puede ocurrir cuando un estudiante deja su dispositivo desatendido o no cierra sesión en su perfil después de usar un dispositivo público. La gravedad de este delito también puede variar, pero puede causar un daño significativo a la autoestima de la víctima.
5. Troleo
El trolleo consiste en provocar o incitar a alguien en línea mediante comentarios diseñados para molestarle. Su gravedad puede variar mucho, pero siempre puede ser doloroso y destructivo, e incluso puede ocurrir entre amigos.
6. En llamas
El «flaming» es una forma directa de ciberacoso en la que un estudiante publica o envía insultos a una víctima. Ser blanco de este tipo de acoso puede hacer que las víctimas se sientan intimidadas, aisladas e indefensas.
7. Exclusión
La exclusión consiste en dejar intencionalmente a otro estudiante fuera de un mensaje o evento grupal. Esto puede provocar que los estudiantes se sientan aislados y confundidos, y dañar su autoestima. La exclusión puede ocurrir dentro de las clases, por ejemplo, cuando un solo estudiante o un pequeño grupo de estudiantes no son incluidos en una actividad. También ocurre entre grupos de amigos.
8. Ciberacoso
El ciberacoso se usa a veces coloquialmente para referirse a la investigación de otra persona en línea, pero puede tener una connotación más grave. El verdadero ciberacoso es un delito que implica enviar amenazas a otro estudiante, acosarlo o incluso seguirlo en línea para rastrear su paradero.
CÓMO IDENTIFICAR Y DETENER EL CIBERACOSO
Los estudiantes no siempre denuncian el ciberacoso por varias razones, entre ellas el miedo a agravar la situación o a aislarse aún más. Algunos también pueden interiorizar el incidente, sintiendo que se lo merecían.
Por lo tanto, para que las escuelas puedan identificar el acoso escolar, es importante contar con la tecnología y las políticas adecuadas.
Netsweeper detecta palabras clave en las búsquedas y conversaciones de los estudiantes para alertar a profesores y administradores sobre posibles casos de ciberacoso. También facilita la intervención de los adultos antes de que la situación empeore si se les alerta sobre lenguaje o búsquedas que indiquen que los estudiantes podrían estar considerando autolesionarse u otros comportamientos preocupantes.
Educar a los estudiantes sobre qué constituye el ciberacoso puede ayudar a mitigar esta actividad, ya que tanto los ciberacosadores como las víctimas pueden reconocer el impacto de estos sucesos. Cuando se detecta un caso de ciberacoso, es fundamental que los centros educativos cuenten con protocolos para actuar con rapidez. Igualmente importante es que estén preparados para brindar a las víctimas la orientación y el apoyo necesarios para procesar y comprender lo sucedido.
El ciberacoso es un desafío que las escuelas no pueden ignorar. Para aprender, crecer y alcanzar su máximo potencial, los estudiantes necesitan un entorno que los apoye sin temor a la intimidación o la vergüenza social.
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